domingo, 10 de octubre de 2010

Cada vez que digo adios...

"Nena no te pongas mal, sabes que esto cambiara
Yo luché tanto tiempo por lograr lo que ahora tengo...
Y tienes que dejar a la gente que amas y a ella que te mira con tristeza y alegria
y te dice: Que te vaya bien AMOR, yo te espero,
siempre te esperaré..."
-Enanitos Verdes-

Estoy sentada en el Bus que me lleva de vuelta a Trujillo, la ciudad a donde me ha traído una larga búsqueda de estabilidad ecónomica, me asomo por la ventana junto a mi asiento y lo veo, parado cerca de la puerta de embarque, mirando al suelo, lo sigo mirando y se me hace un nudo en la garganta, el ya no alcanza a verme...

Acostumbrada a pasar a su lado no mas de dos días seguidos, que estas dos ultimas semanas fueron tres, aún me cuesta trabajo desprenderme del calor de su mano, de la suavidad de sus labios y de esa fuerza de atracción que me lleva siempre al mismo lugar: sus brazos.

Hoy mas temprano miraba su rostro, sus ojos estaban cerrados, miraba sus lunares, la pequeña cicatriz cerca a su boca (algo que redescubri recientemente) y sólo podía pensar "¡NO TE VAYAS!"
Se despide con un beso, y al momento en que se va mis ojos se aguan y pienso en lo que mi madre dijo una vez "cuando te enamores vas a ver...", si mami tu maldición funcionó.
Es dificil ser la que se queda, y se por experiencia que es aun peor ser el que se va. Todavía hay algo de el olor de su colonia impregnada en mi ropa, en mi cartera guardo el broche que cayó de su correa o que creo que arranqué por retenerlo, es que nada puede ser perfecto, asi lo elegimos, asi lo aceptamos. Ahora pues sólo me queda decir que TE EXTRAÑO.